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Paula Da Cruz, Marroquinería

Flypart: el invento que hace flipar con el cuero y los colores

Paula Da Cruz  argentina, y Felipe Bobadilla, chileno, han hecho de la marroquinería mucho más que su modo de vida: han levantado una pyme en Antigua con una decena de empleados a su cargo.

Paula Da Cruz y Felipe Bobadilla son pareja, también en un negocio que han levantado en las islas de la nada, gracias a sus habilidades adquiridas en cada una de sus familias: la de trabajar con las manos, desarrollar un oficio y añadir mucha imaginación y creatividad para explotar sus talentos. Flypart es su marca, una combinación de sus nombres, Felipe y Paula, y el término “artesanía”, que tan bien llevan a gala. Él, chileno, y ella, argentina, se conocieron en “terreno neutral”: Gran Canaria. Ahí comenzaron un negocio que poco a poco fue creciendo hasta mudarse a Fuerteventura, convertirse en tienda y taller y constituirse en una pyme con una decena de empleados a su cargo. ¿Su producto? El cuero, reconvertido en bolsos, pendientes, collares, cinturones, carteras… siempre con una explosión de colorido singular y diferente. Por eso muchos flipan con Flypart. Paula nos cuenta su historia.

¿Cómo se formaron como artesanos?

Llegamos por separado, y después nos conocimos, en Gran Canaria. Mi padre era artesano, zapatero, y yo aprendí el oficio de trabajar con las manos con mi padre, en Argentina. Cuando él no me veía, yo cogía las cuchillas y las herramientas. Eso era en Mar de Plata, aunque mis padres eran portugueses. El oficio ya lo llevó mi familia desde Europa. Y esa habilidad la traigo de mi padre. Cuando me vine a Europa, a Portugal, en el 2000, siempre me gustó la artesanía. Hacía alambre, bisutería. En una feria de artesanía, en Tenerife, conocí a Felipe. Nos juntamos y salió nuestra empresa. Su padre era ceramista, también artesano, en Chile. Siempre estuvo rodeado de cerámicas, que es lo que desarrolló en principio. Luego trabajó con el cristal, y la marroquinería la vinimos a hacer ya en Europa. Siempre fue nuestro trabajo, nuestra salida laboral: vender la artesanía en la feria, en los eventos.

¿Y cómo se conocieron, cómo surge el negocio?

Empezamos en Gran Canaria, pero en 2008 nos vivimos a Fuerteventura. Nos decidimos por la facilidad para el trabajo que había en la isla. No había nada en realidad, muy poco mercado y casi sin competencia vendiendo en la calle. Porque artesanos en Fuerteventura ya habían, pero menos expuestos. Al final nos acabamos enamorando de la Isla. Aquí nos establecimos, hemos tenido cuatro hijos (dos en Gran Canaria y dos en Fuerteventura), con una hija más de Felipe, que ya está con nosotros. En Antigua.

¿Por qué Flypart?

Flypart, sí. Son nuestros nombres, Felipe y Paula, con la artesanía. Tiene además una asociación de significados, que va con nuestra manera de trabajar el cuero, con colores, los dibujos. De ahí eso de flipar con Flypart, también. La verdad es que cuando llegamos a Fuerteventura la marca estaba creciendo. La idea aquí era abrir nuestra propia tienda y nuestro taller, en el que producir y poder vender también a otras tiendas. Algo muy importante para nosotros, además, era la feria de artesanía en Antigua. Para nosotros ha sido siempre algo fundamental.

¿Cuál es el rol de cada uno de ustedes a la hora de desarrollar su trabajo?

Bueno, en un principio, Felipe estaba por hacer la parte más dura, de cortar: la parte más gruesa y lo más físico. Yo estaba más en el detalle, la parte más técnica, digamos que soy la que tiene una mentalidad más cuadrada en eso. Luego, Felipe estaba también en la parte creativa, el uso de los colores: era el de pensar las cosas de flipar. Pero hoy día él ya me alcanzó en la parte técnica, y digamos que yo también he aprendido a trabajar con los colores, con nuestra idea.

¿En ese trabajo de marroquinería, qué es lo que encuentran que tiene más salida?

Ha habido una evolución. Al principio, artículos como los collares o los colgantes tenían más salida en las ferias, eran cosas más económicas. Nuestros artículos más caros siempre han sido los bolsos. Hoy, en realidad todo tiene prácticamente la misma salida. La gente ha comprendido que un bolso también es durabilidad, y encima tiene la garantía de que si se rompe, en nuestro caso, lo reparamos. Al final, el público lo que quiere es un producto de calidad, porque igual ya se ha cansado de otras cosas. Esa es nuestra experiencia.

Al final, el público lo que quiere es un producto de calidad

¿Fue la pandemia un parón en todo ese proceso?

Fue duro. Aunque la verdad es que las ayudas que se ofrecieron entonces nos dieron un soporte grande. Nosotros teníamos todo en regla, estábamos al día y podíamos demostrar nuestra actividad, y pudimos optar a esas ayudas de las administraciones. En el caso de otros artesanos, eso no fue así, lamentablemente: no tuvieron esa posibilidad. Tuvimos ese apoyo, pero también fue duro, porque seguía habiendo facturas que pagar, y no teníamos entradas de dinero por las ventas. La pandemia llegó cuando estábamos en una rueda que iba a bastante velocidad, y fue como un accidente. Todos los que estábamos en la rueda nos caímos. Fue un golpe duro. Desde entonces ha sido casi como empezar desde cero. Pero hoy, entre comillas, estamos bien.

Han crecido hasta convertirse en una pyme. Algo que a veces no se asocia a los artesanos: una mentalidad y un plan de negocio que parece que han llevado desde el principio.

Hoy tenemos una tienda en Antigua, en el Centro Comercial Atlántico, en Caleta de Fuste, y un taller en el pueblo. Allí está más Felipe, controlando el proceso de producción, y yo estoy más entre el taller y la tienda, visitando clientes, haciendo trabajo de oficina. Sí, hemos crecido. Al principio éramos nosotros los que hacíamos todo. Estábamos, en Gran Canaria, produciendo en casa de lunes a jueves, y de viernes a domingo estábamos en los mercados. Era bonito, porque veías que lo que hacías con tus manos se vendía. Pero también era duro, porque el 90% de lo que ganábamos lo invertíamos en crecer: nosotros no salíamos a cenar, ni siquiera a tomarnos un café. Intentábamos crecer. Luego, cuando abrimos la tienda éramos nosotros los que hacíamos la jornada completa, pero cuando ya vimos que el negocio funcionaba empezamos a contratar gente.
Bolso maxi en cuero de Flypart Hecho a mano

¿Quiéres saber más sobre Paula y Felipe?

Caballero luciendo tres pulseras de cuero con broche 5 tiras en varios colores de Flypart hecho a mano

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Comentarios

  • Fayna
    06/03/2023 at 10:13 pm

    Felicidades a esa super familia emprendedora y tan llena de buena energía, con unos trabajos super originales y en calidad excelente . A recomendar a aquellos que no los conozcan
    Tengo muchas cosas de ellos y estoy contentísima, sin queja, siempre esperando alguna feria en la que coincida y poder ver que traen, que siempre hay cosas nuevas

  • Mariela
    06/03/2023 at 10:51 pm

    Son un gran equipo, todo lo que hacen lo convierten arte excelente calidad y trabajo mil veces recomendables sus productos. Felicidades sigan así!

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